Clichy-sous-Bois, como su nombre indica, sigue teniendo orígenes forestales muy visibles a pesar de su urbanización.
El nombre procede de la palabra latina Clipiacum, derivada del patronímico Clepius, nombre del propietario del dominio. Clichy-sous-Bois "fluye" de este a oeste en dirección a París. La primera mención de la existencia de la ciudad aparece durante el reinado de Dagoberto. Los Templiers, en aquella época, eran los propietarios de toda esta zona boscosa. Al ser confiscada su propiedad, la finca pasó a manos del Gran Prior de Francia hasta la Revolución.
Según la leyenda, tres mercaderes, atacados por bandidos, fueron salvados por un ángel. Para conmemorar este rescate milagroso, se construyó una capilla llamada Notre-Dame-des-Anges. La iglesia y su peregrinación en el mes de septiembre atrajeron a un gran número de peregrinos desde mediados del siglo XIX hasta la Segunda Guerra Mundial. Esto hizo que la reputación del pueblo de 1.000 habitantes, formado entonces por unas pocas granjas y villas burguesas, se incrementara.
Clichy fue testigo de una ola de construcción a partir de los años 60 que le ha dado su aspecto actual. A pesar de esta rápida urbanización, la ciudad ha sabido conservar sus amplios espacios verdes protegidos, como el bosque de Bondy. Algunos edificios están registrados como monumentos históricos, entre ellos el ayuntamiento y la iglesia Saint-Denis. Arquitectos de renombre como Chemetov o Pierre Boudon colaboraron en la construcción de los futuros edificios de la ciudad.
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