Primer mercado instaladó en las Pulgas de Clignancourt, el mercado Vernaison es el que se ha mantenido más fiel al Rastro de antaño. Romain Vernaison, comerciante de las Halles Centrale de París y propietario de un terreno en Saint-Ouen, fue el primero en instalar casetas de madera prefabricadas. El "espíritu de pueblo" de este mercado atrajo a muchos comerciantes de artículos de segunda mano, anticuarios e incluso comerciantes de muebles de estilo. Rápidamente, el Mercado Vernaison se convirtió en el mercado de referencia y fue testigo del éxito del Rastro de París Saint-Ouen.
Incluso hoy en día, lo que más gusta a los visitantes es la autenticidad del lugar. Con el mayor número de puestos especializados, desde muebles hasta juguetes antiguos o cristalería, el Marché Vernaison sigue siendo un paraíso del bricolaje. El bistro-guinguette "Chez Louisette", donde siempre se puede comer al son del acordeón, era la atracción estrella del Marché Vernaison.
Siempre en movimiento, y con la moda evolucionando, los nuevos comerciantes de muebles de los años 70 y de moda vintage ofrecen las grandes marcas de los diseñadores que hicieron la reputación de Francia, para deleite de los cazadores de gangas (el mercado Dauphine de las Pulgas también cuenta con varias tiendas de ropa vintage).
Ponte en situación... ¡Entra por una de las cuatro puertas! Llegando por la rue des Rosiers, se encuentra dentro del mercado de Vernaison. No se pierda mientras los laberintos serpentean a través de 9000m2. Las serpenteantes callejuelas, cuyo trazado ha permanecido más o menos igual desde 1920 (cuando Romain Vernaison construyó las primeras casetas de madera en las que los cazador de gangas acudían al mercado), le llevarán por pasajes cubiertos y calles estrechas donde se sentirá como un explorador por un día.
Aquí todo es sorprendente: puestos de objetos que van desde simples vajillas hasta estetoscopios y trajes de buceo de cobre. El mercado de Vernaison también ofrece la posibilidad de adquirir hermosas piezas de plata, telas antiguas y tapices de excelente calidad.
En primavera, es bajo la glicina o la madreselva donde el aficionado informado puede comprar bellísimos relojes de todas las épocas con las garantías de su buen funcionamiento, de los espléndidos muebles del siglo XVIII y XIX.