Esta casa es una de las más antiguas de Bagnolet. Según la tradición, su primer propietario fue el famoso cardenal Du Perron (1556-1618).
Nacido en Suiza en el seno de una familia calvinista, Jacques Du Perron fue llevado a Berna cuando era niño para escapar de la persecución. Allí recibió una excelente educación. A su llegada a París, abjuró del calvinismo y se convirtió en lector del rey Enrique III e ingresó en las órdenes sagradas en 1593. A la muerte de Enrique III, Jacques Du Perron se unió a Enrique IV. Este último lo nombró obispo de Evreux y, en 1795, lo envió en misión a Roma, donde obtuvo el levantamiento de la excomunión del rey sin revocar los edictos favorables a los protestantes.
En 1600, en Fontainebleau, Jacques Du Perron ganó brillantemente una famosa polémica contra Du Plessis-Mornay, defensor de las tesis calvinistas. Du Perron fue nombrado cardenal en 1604, arzobispo de Sens en 1606 y miembro del Consejo de Regencia en 1610 tras la muerte de Enrique IV. Amigo de Ronsard, el cardenal Du Perron fue también un escritor de gran autoridad en la literatura. Su obra es ecléctica, ya que escribió poesía religiosa, erótica, poesía para el rey y panegíricos.
Se dice que Jacques Du Perron construyó su propiedad en Bagnolet en 1610, cuyo frontón está decorado con sus armas. El escudo de armas hace tiempo que está cubierto de cal. Se dice que Bagnolet era su lugar de vacaciones preferido y que allí recibía a sus amigos de las belles-lettres como Ronsard. Muy enfermo, tuvo que regresar a París en 1618, donde murió.
Por desgracia para Bagnolet, la verdad histórica es que el propietario de esta casa no era el cardenal Jacques Du Perron, sino su hermano, Jean Du Perron, que también era arzobispo de Sens.
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