San Dionisio, Protector del reino de Francia

El culto a San Dionisio.

De patrono del rey a patrono del reino 

Denis era sin duda el patrón particular de los reyes de Francia y a él se recurría, por ejemplo, cuando el rey estaba enfermo. En una Recopilación en honor de san Dionisio realizada a finales del siglo XV, se puede observar al santo intercediendo junto a la Virgen María y el niño Jesús a favor del rey Carlos VIII (fig. 6). Pero el santo era también protector del reino. Esta protección colectiva se plasmaba en el estandarte que el rey enarbolaba en alto desde el siglo XII cuando acudía a la batalla para defender el reino. Como puede verse en esta copia de una vidriera de la catedral de Chartres (fig. 7), el santo entrega su estandarte rojo escarlata a Henri de Metz, mariscal de Francia y probablemente abanderado del rey en el siglo XIII. La leyenda sugiere que este estandarte fue el que el Papa León III ofreció a Carlomagno, quien lo llevó a Jerusalén. El estandarte fue sacado por última vez durante la batalla de Azincourt en 1415, durante la cual se extravió o se perdió, pero los reyes no perdieron la fe en la eficaz protección de Denis...

La devoción de los príncipes de sangre 

Los príncipes de sangre compartían la devoción del rey por Denis, que se caracterizaba por las numerosas fundaciones piadosas o donaciones de reliquias a la abadía. El retablo de san Dionisio (fig. 8), encargado por el duque de Borgoña, es una expresión más. El Cristo en la cruz interpreta aquí el misterio de la transsubstanciación, o la transformación del pan y el vino durante la misa, que se produjo durante el milagro de la comunión que Denis recibió de manos de Cristo, ayudado por un ángel arrodillado que lleva una estola de diácono, delante de la cual podemos ver un cáliz. A la derecha podemos ver el martirio del santo y sus compañeros: Rustique ya ha sido decapitado, mientras que Éleuthère, vestido de diácono, espera su turno; Denis, con la cabeza en el tajo y el cuello ya seccionado, aguarda el golpe final. Este retablo es un buen reflejo de la piedad y el sufrimiento del final de la Edad Media; la sangre de Cristo fluye abundantemente, ya que es a través de esta sangre que la humanidad puede ser salvada.

Devoción de los servidores del Estado 

La devoción a Denis también fue alimentada por los servidores del rey en su administración, como puede verse en el retablo del Parlamento de París, realizado hacia 1450 para Dreux Budé, ujier de la corte y guardián de los fueros del rey (fig. 9). estaba destinado a adornar las paredes de la cámara mayor del Parlamento, donde se impartía justicia en nombre del rey. El detalle que se ofrece aquí muestra a san Dionisio, paseando por Montmartre con la cabeza entre las manos, y a san Carlomagno, vestido como un emperador bizantino. Esta composición, eminentemente política, pretende señalar el origen divino de la justicia real, puesta bajo el patrocinio de san Dionisio. La severidad de esta justicia está simbolizada por la espada ensangrentada en la mano de Carlomagno, y su entrada parisina está también evocada, en el fondo, por una representación del " Palais de la Cité ".

Figura 6
Carlos VIII de rodillas y designado a la Virgen María por  san Denis.
Recopilación en honor a San Denis ilustrada por el maestro 
Jacques de Besançon (towards 1495-1496)
Ms.París, Bibl. Nat. fr. 5868, fol. 1

Figura 7
San Denis entregando el estandarte.
Copia de una vidriera de Notre-Dame de Chartres
Paris, Bibl. Nat., coll. Gaignières 104

Figura 8
Retablo de san Denis.
Iniciado por Henri Bellechose ( conocido en  1415-1440/1444),terminado por  Jean Malouel (1416) para la iglesia Chartreuse de Champmol. París, museo del Louvre
©RMN-Grand Palais (Museo del Louvre) / René-Gabriel Ojéda

Figure 9
Retablo del Parlamento de París  (hacía 1450).
Maestro de Dreux Budé 
RF2065. Museo del Louvre 
©RMN6 Grand-Palais (Museo del Louvre) / Jean-Gilles Berizzi