La documentación fragmentada sobre las piezas encontradas en la necrópolis procede, en su mayor parte, de las investigaciones realizadas por Édouard Salin y Michel Fleury.
Los cuerpos de los aristócratas merovingios eran depositados en costosos sarcófagos de piedra, decorados con cruces, testimonio del éxito del cristianismo en la época merovingia. Los difuntos -principalmente mujeres- eran enterrados ataviados con lujosos trajes decorados con adornos de trenzas bordadas en oro, joyas y accesorios de traje de oro y plata. Las joyas de Saint-Denis son especialmente representativas del fervor de la aristocracia franca por los granates rojos. Recientes trabajos de laboratorio han revelado que estas piedras preciosas procedían de la India y de Ceilán.
El estilo nórdico de la fauna, introducido en la época merovingia durante el siglo VI, también estaba bien representado en Saint-Denis. Se encontraba en las armas o en las joyas reservadas a la élite franca. Dentro del universo sagrado de una basílica como Saint-Denis, esta iconografía correspondía más a la expresión social, incluso política, de esta minoría de ascendencia germánica que a una pervivencia de las creencias paganas.
Placa de hebilla con motivos zoomorfos (hacia el año 600); excavaciones de la tumba 9 por M. Fleury. Conservado en el Museo Nacional de Antigüedades © J.G.Berizzi - RMN.